En el entorno laboral actual, la seguridad no solo se refiere a la protección física de los empleados, sino también a la defensa de su bienestar emocional y psicológico. Para los líderes de Talento Humano y de las demás áreas operativas de las empresas, el deber ser, tiene que ver con la importancia crítica por adoptar medidas de prevención y mantener un estado de alerta adecuado para evitar convertirse en víctimas de conductas criminales. Además, es esencial entender cómo actuar frente a la presencia de factores de riesgo público en todos los puestos de trabajo y durante las jornadas laborales, en cualquier tipo de ambiente laboral.
La prevención es la piedra angular en la construcción de entornos laborales seguros y saludables. Al implementar medidas preventivas, no solo se mitiga el riesgo de incidentes provenientes de factores de riesgo público y de conductas criminales, sino que también se cultiva una cultura de seguridad corporativa que facilita la adopción de conductas de prevención y autocuidado. Capacitar a los trabajadores en todos los niveles sobre la identificación de señales de alerta, promover la comunicación abierta y establecer protocolos de seguridad claros, son acciones fundamentales para fortalecer la seguridad en el lugar de trabajo.
Los factores de riesgo público, reflejados en indicios o aproximaciones a acciones peligrosas o a la presencia sospechosa de potenciales delincuentes en las áreas de trabajo, pueden aumentar la vulnerabilidad de un entorno laboral. Es crucial que los Gerentes de las empresas trabajen en colaboración con sus líderes de seguridad, involucrando las autoridades locales y las demás partes interesadas para identificar y abordar estos riesgos de manera proactiva.
Herramientas para la prevención y el tratamiento de los factores de riesgo público:
Entrenamiento en Observación Activa: Implementar programas de entrenamiento en observación activa ayuda a mejorar la capacidad de observación de los trabajadores. Estos programas enseñan a los empleados a prestar atención a pequeños detalles de su entorno, identificar comportamientos inusuales y reconocer posibles amenazas de seguridad. Al aumentar la conciencia situacional de los empleados, se fortalece la capacidad para detectar conductas inusuales que se podrían manifestar como indicios, anticiparse a un incidente e indicar posibles actividades criminales.
Sistemas de Alerta Temprana: Establecer sistemas de alerta temprana, como líneas directas de denuncia o canales de comunicación confidenciales y formales con un centro de control o un líder analista de riesgos, permite a los trabajadores informar sobre comportamientos sospechosos, indicios o incidentes menores de manera rápida y segura. Esto facilita la identificación oportuna de posibles amenazas y la adopción de medidas preventivas antes de que se produzcan incidentes más graves.
Campañas de Concientización en Seguridad: Realizar campañas periódicas de concientización en seguridad sensibiliza a los trabajadores sobre la importancia de mantenerse alerta y vigilantes en el lugar de trabajo. Estas campañas pueden incluir charlas informativas, concursos de observación, carteles educativos, anuncios en redes sociales y ejercicios prácticos para reforzar la importancia de la observación activa en la prevención de factores de riesgo público y de actos criminales.
Implementación de Señales de Alerta: Colocar señales de alerta visibles en áreas estratégicas de la empresa, fijas, temporales e intermitentes, ayudan a recordar a los trabajadores la importancia por mantenerse alerta y reportar cualquier comportamiento sospechoso. La creatividad es el límite, estas señales pueden incluir carteles con mensajes como «Reporte cualquier actividad inusual» o «Manténgase alerta por su seguridad y la de los demás».
Revisión de Procedimientos de Seguridad: Realizar revisiones periódicas de los procedimientos de seguridad existentes ayuda a identificar áreas de mejora y actualizar los protocolos según sea necesario. Esto garantiza que los colaboradores estén familiarizados con los pasos a seguir en caso de detectar conductas inusuales o enfrentar situaciones de riesgo, lo que contribuye a una respuesta más efectiva y rápida ante posibles amenazas.
Inversión en Tecnología de Seguridad Avanzada: Para la Gerencia, debe ser crucial invertir en tecnología de seguridad avanzada y de punta, a la medida de sus necesidades reales y determinar una política de actualización permanente de equipos y procedimientos. Estas herramientas permiten una detección oportuna de indicios y de conductas criminales en tiempo real, proporcionando a los grupos de seguridad la capacidad de anticiparse a incidentes y de reaccionar rápidamente ante cualquier tipo de amenaza.
Sistemas de Monitoreo de Acceso y Vigilancia: Establecer sistemas de monitoreo de acceso y vigilancia en las instalaciones de la empresa puede ser una herramienta efectiva para prevenir actos criminales. Estos sistemas pueden incluir cámaras de seguridad, controles de acceso con tarjetas de identificación o sistemas de alarma que alerten sobre intrusiones no autorizadas, pero con sistemas de seguimiento, evaluación y control de calidad reales y confiables. La presencia visible de estas medidas de seguridad disuade a los delincuentes potenciales y proporciona evidencia crucial en caso de incidentes.
Implementación de Sistemas de Monitoreo Continuo: Establecer sistemas de monitoreo continuo, que incluyan la revisión en tiempo real de datos y señales de alerta, mejora la capacidad de detección temprana de actividades delictivas. Esto permite una respuesta inmediata ante situaciones peligrosas provenientes de factores de riesgo público y minimiza el impacto potencial en la salud laboral, la producción y la reputación de la empresa.
Políticas y Procedimientos de Control de Acceso: Implementar políticas y procedimientos claros de control de acceso ayuda a prevenir la entrada no autorizada de personas a áreas sensibles de la empresa. Esto puede incluir la asignación de credenciales de acceso específicas, la limitación del acceso a ciertas horas o la implementación de controles de seguridad adicionales en el tráfico interno y en áreas críticas. La mejor y más estricta medida, es evitar física y tecnológicamente accesos de visitantes facilitados por propios quienes con sus credenciales pudieran permitir accesos de personas sin credenciales, con o sin control.
Desarrollo de Protocolos de Respuesta Rápida: Desarrollar protocolos de respuesta rápida ante emergencias y situaciones de seguridad, es esencial para garantizar una acción eficaz frente a la presencia de factores de riesgo público y en caso de incidentes criminales. Estos protocolos deben ser claros, concisos, estrictos y practicados regularmente mediante simulacros y ejercicios de entrenamiento para garantizar una respuesta coordinada y eficiente.
Programas de Concientización y Capacitación: Desarrollar programas de concientización y capacitación sobre seguridad laboral y prevención de actos criminales es fundamental para educar a los empleados sobre los riesgos potenciales y cómo mitigarlos. Esto puede incluir sesiones informativas sobre reconocimiento de comportamientos sospechosos, criminología y criminalística, manejo de información confidencial y procedimientos de respuesta en caso de emergencia.
Auditorías de Seguridad Interna: Realizar auditorías regulares de seguridad interna permiten identificar vulnerabilidades y áreas de mejora en los sistemas de seguridad existentes. Estas auditorías pueden incluir inspecciones físicas de las instalaciones, revisiones de políticas de seguridad y evaluaciones de cumplimiento normativo para garantizar que los procedimientos de seguridad estén actualizados y sean efectivos. Conformar círculos de calidad con trabajadores de diferentes disciplinas e intereses para este tipo de auditorías es una buena idea.
Contratación y Evaluación de Personal: Implementar procesos rigurosos de selección, contratación y evaluación de personal ayuda a reducir el riesgo de actos criminales internos. Las mayores y más frecuentes vulnerabilidades ocurren en trabajadores temporales, de contratistas o freelance. Realizar verificaciones de antecedentes y referencias para construir un perfil personal y de seguridad más confiable, así como evaluar la integridad y el comportamiento ético de los candidatos, ayuda a garantizar que se contraten empleados honestos y de confianza, disminuyendo la probabilidad de conductas delictivas dentro de la empresa.
Programas de Bienestar y Salud Mental: Implementar programas integrales de bienestar y de salud mental es fundamental para prevenir los factores de riesgo público y los actos criminales, como parte de los programas de HSE para promover la salud laboral. Estos programas pueden incluir sesiones de capacitación sobre el manejo del estrés, resolución de conflictos y prevención del acoso laboral. Además, se pueden ofrecer servicios de asesoramiento y apoyo psicológico para ayudar a los empleados a lidiar con situaciones difíciles y a reducir la probabilidad de incubar conductas delictivas internas a partir de pequeños resentimientos.
Políticas de Diversidad e Inclusión: Establecer políticas de diversidad e inclusión crea un ambiente de trabajo seguro y respetuoso donde todos los colaboradores en todos los niveles se sientan valorados y aceptados. Esto puede ayudar a prevenir actos criminales relacionados con discriminación, violencia en el puesto de trabajo, acoso o comportamientos inapropiados. Capacitar a los empleados en la importancia de la diversidad y la inclusión también promueve la colaboración y el respeto mutuo, fortaleciendo el tejido social dentro de la empresa.
Programas de Prevención de Conflictos: Desarrollar programas específicos de prevención de conflictos ayuda a identificar y abordar los pequeños conflictos en las relaciones interpersonales internas de manera proactiva, y sin permitir el cultivo de resentimientos. Esto puede incluir capacitación en habilidades de comunicación efectiva, resolución de conflictos y trabajo en equipo. Al empoderar a los empleados para manejar los conflictos de manera constructiva, se reducen las tensiones que pueden conducir a comportamientos delictivos.
Sistemas de Reporte Confidencial: Implementar sistemas de reporte confidencial permite a los empleados informar sobre comportamientos sospechosos o incidentes delictivos de manera segura y sin temor a represalias. Estos sistemas pueden incluir líneas directas de denuncia, correos electrónicos anónimos o formularios de reporte en línea. Garantizar la confidencialidad y la protección de los denunciantes es fundamental para fomentar una cultura de transparencia y responsabilidad en la empresa.
Capacitación en Seguridad, Prevención y autocuidado: Brindar capacitación regular en seguridad y prevención de delitos es esencial para aumentar la conciencia y la preparación de los trabajadores en todos los niveles. Esto puede incluir sesiones informativas sobre reconocimiento de comportamientos sospechosos, identificación de factores de riesgo público, identificación de indicios y amenazas, motivaciones y oportunidades del agresor, manejo de situaciones de riesgo y procedimientos de respuesta en caso de emergencia. Al capacitar a los empleados en medidas de prevención y autocuidado, se fortalece la seguridad laboral y se reduce la vulnerabilidad frente a actos criminales.
Asignación de Recursos Financieros Adecuados: Para la Gerencia asignar los recursos financieros adecuados para la seguridad de la empresa deberá ser una prioridad. Esto incluye la contratación de personal de seguridad calificado y de calidad, la adquisición de equipos de seguridad de última generación, a la medida de sus necesidades y la implementación de medidas de protección física y digital. La inversión en seguridad es una real inversión en la protección de los dos activos más importantes de la empresa: su capital humano y su reputación.
La complacencia es el peor enemigo de la seguridad. Es imperativo que tanto la Gerencia como cada uno de los trabajadores mantengan un estado de alerta frente a los factores de riesgo público adecuado en todo momento. Esto implica estar conscientes de sus entornos, reconocer posibles riesgos y actuar con rapidez y decisión frente a situaciones sospechosas. Fomentar una cultura de vigilancia 360°, 24/7 no solo protege a los colaboradores, sino que también disuade a posibles perpetradores de conductas delictivas.
La seguridad en el lugar de trabajo es una responsabilidad compartida que requiere un enfoque proactivo y colaborativo. Al priorizar la prevención, mantener estados de alerta adecuados y saber cómo actuar frente a factores de riesgo público, podemos proteger el negocio, protegiendo a nuestros colaboradores y crear entornos laborales más seguros y saludables. Como Gerentes, líderes en recursos humanos, líderes de seguridad, de los equipos de trabajo y de todas las áreas operativas de la empresa es nuestro deber garantizar que la seguridad sea una prioridad en todas las facetas de la organización. Juntos, podemos construir un futuro donde todos los trabajadores se sientan seguros y protegidos en su lugar de trabajo.
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