En el sector de hidrocarburos en Colombia, las empresas enfrentan una gran variedad de riesgos de agresión criminal que pueden tener un impacto significativo en la salud laboral, la productividad, la reputación y los costos de producción. Uno de los principales riesgos está relacionado con los ambientes hostiles en donde se desarrollan las actividades, generados por la delincuencia como consecuencia del atractivo económico del sector. Son los ataques de grupos armados ilegales que buscan controlar o extorsionar a las empresas, los factores de riesgo público de mayor frecuencia. Estos ataques pueden incluir sabotajes a instalaciones, manipulación criminal de las comunidades de los entornos, extorsiones a las empresas, secuestros de empleados o amenazas a la seguridad física de los trabajadores, lo que genera un ambiente de trabajo inseguro y afecta la moral y la productividad del personal.
En el sector de la minería en Colombia, por ejemplo, uno de los riesgos más críticos es la presencia de grupos armados ilegales que buscan controlar o extorsionar a las empresas mineras. Estos grupos pueden perpetrar ataques violentos contra los trabajadores y las instalaciones mineras, causando lesiones graves e incluso pérdidas de vidas humanas, lo que genera un ambiente laboral extremadamente peligroso y afecta la salud física y emocional del personal.
Además, tanto las empresas mineras como las del sector de hidrocarburos y de energía en Colombia afrontan el riesgo de enfrentamientos con comunidades locales o grupos étnicos que se oponen a las actividades operacionales en sus territorios. Estos enfrentamientos pueden derivar en conflictos violentos que ponen en peligro la seguridad de los trabajadores y generan una percepción negativa en la opinión pública, dañando la reputación de la empresa y afectando su capacidad para operar de manera efectiva.
Otro riesgo público importante es la presencia de economías ilegales y actividades delictivas asociadas, como el narcotráfico y la explotación laboral. Estas actividades pueden generar conflictos con las autoridades y otros grupos criminales, aumentando el riesgo de violencia, bloqueos en vías y disturbios en las áreas en donde se desarrollan las actividades productivas.
Por último, y en especial en el sector energético en Colombia, uno de los riesgos más críticos es el sabotaje a la infraestructura energética, donde grupos criminales pueden realizar ataques contra instalaciones como torres de transmisión, oleoductos o plantas eléctricas. Estos actos no solo ponen en peligro la seguridad de los trabajadores que operan en estas instalaciones, sino que también causan interrupciones en el suministro de energía, afectando la productividad empresarial en general de la región afectada y generando costos adicionales de reparación y mantenimiento.
Además, las empresas del sector energético enfrentan gran variedad de riesgos por el robo de combustibles, y todas las conductas criminales que giren entorno de esta economía ilegal. Estos robos no solo representan una pérdida económica significativa para la empresa, sino que también pueden resultar en accidentes graves que ponen en peligro la salud y la seguridad de los trabajadores y de las comunidades cercanas.
Riesgos importantes y que son ya comunes en los tres sectores económicos mencionados, son los robos y hurtos en sus instalaciones, que pueden involucrar la sustracción de equipos costosos, el robo de elementos de cobre, el robo de combustible, el asalto a casinos o la intrusión de delincuentes en las áreas de operación, para perpetrar ataques selectivos.
Pero además, las empresas en estos sectores económicos en Colombia enfrentan los riesgos derivados por ataques cibernéticos y sabotajes informáticos realizados por parte de hackers al servicio de grupos criminales que buscan robar información confidencial, interrumpir las operaciones o causar daño a la reputación de la empresa. Estos ataques pueden tener graves repercusiones en la seguridad laboral y la continuidad de las operaciones, además de aumentar los costos de protección y recuperación de datos. Por esta razón, es fundamental implementar medidas de seguridad cibernética robustas y capacitar al personal en el uso adecuado de los medios de comunicación y en la detección y prevención de amenazas digitales.
Los enfrentamientos entre grupos armados ilegales y fuerzas de seguridad del Estado en las áreas de influencia, también representan un riesgo significativo para las empresas tanto del sector de hidrocarburos como del sector de la minería y el sector energético en Colombia, especialmente en áreas rurales o remotas donde la presencia del Estado es limitada.
La extorsión, el secuestro exprés, el chantaje y otras conductas criminales típicas de este tipo de economía ilegal, en estas regiones, por parte de grupos criminales o bandas delincuenciales también son riesgos importantes para las empresas de estos tres sectores económicos en Colombia. Estas organizaciones pueden mediante presión, coacciones, violencia, intimidación o manipulación de información, exigir pagos de protección o amenazar con realizar acciones violentas si no se cumplen con sus demandas, a sabiendas de la capacidad económica de sus posibles víctimas, lo que genera un ambiente de trabajo tenso y afecta la seguridad física y emocional de los trabajadores en todos los niveles. Que los trabajadores por razones contractuales permanezcan o tengan contacto directo con las comunidades del área de influencia en sus entornos laborales, los pone vulnerables e incrementa este tipo de riesgos en el nivel individual y familiar en algunos casos, sobrellevando la posibilidad de secuestro de trabajadores por parte de grupos criminales que buscan obtener rescates económicos o presionar a las empresas para cumplir sus demandas. Enfrentar estos riesgos requiere de una estrategia integral de seguridad que incluya medidas preventivas, protocolos de respuesta ante emergencias y colaboración con las autoridades competentes.
La Nueva Globalización de la Economía Criminal en Latinoamérica:
Desafíos y Tendencias Emergentes
En la era de la globalización, la economía criminal ha evolucionado de manera significativa, especialmente en la mayoría de países de Latinoamérica extendiendo ya sus tentáculos, hacia Norteamérica, tomando el control de las organizaciones delictivas locales que han tenido que adaptar sus estrategias para fortalecer sus intereses ilícitos y los de la nueva empresa global que ahora los controla, y expandir su influencia y sus acciones ilegales en diversos sectores económicos, influyendo incluso, en las más débiles economías tradicionales como la de la prostitución en los lugares más escondidos, y el atraco callejero en pequeñas zonas urbanas de donde obtienen financiación a través de vacunas. Esta nueva dinámica criminal no solo representa significativos desafíos para las autoridades y la seguridad pública, sino que también impacta en la estabilidad socioeconómica de la región, influyendo además en las empresas de estos sectores económicos que conviven más de cerca con el impacto, por operar en las áreas y con las comunidades más afectadas, y que deben prepararse y adaptar sus proyectos de seguridad y salud laboral a las nuevas condiciones desde donde los nuevos factores de riesgo público se generan, para enfrentar estos nuevos desafíos.
La selección estratégica de sectores económicos es una característica distintiva de la nueva globalización de la economía criminal en Latinoamérica. Los líderes delincuenciales identifican áreas con altos márgenes de ganancia y baja regulación, aprovechando la debilidad institucional y la corrupción para operar de manera impune. Esta estrategia les permite obtener recursos ilegales y fortalecer su influencia, mientras camuflan sus actividades criminales detrás de fachadas aparentemente legítimas.
El impacto de la economía criminal en la región latinoamericana es profundo y multifacético. Por un lado, la infiltración de la delincuencia en sectores económicos clave distorsiona la competencia, desalienta la inversión y socava la integridad del mercado. Además, la influencia de los líderes criminales en la política y las instituciones debilita a los gobiernos y perpetúa un ciclo de impunidad y corrupción, que termina siendo parte de la cultura y de las prácticas políticas de cada país a las que la sociedad civil tiene que adaptarse. A nivel social, el aumento de la criminalidad y la violencia asociada con estas actividades ilícitas genera inseguridad y desconfianza en la población, afectando negativamente la calidad de vida y el desarrollo humano en la región, generando además problemas sociales de migración.
Preparación Empresarial para Enfrentar la Globalización de Empresas Criminales y sus desafíos al menor costo y protegiendo la Salud Laboral
La preparación empresarial para enfrentar desafíos en el día a día es esencial para mantener una posición competitiva en línea. Sin embargo, es igualmente importante garantizar la salud y el bienestar de todos los trabajadores mientras se enfrenten estos desafíos. La salud laboral de los trabajadores de riesgos provenientes de factores de riesgo público requiere de un enfoque integral que combine medidas de prevención, una capacitación efectiva, planes de prevención y autocuidado, el uso eficiente de herramientas y recursos, estrategias de teletrabajo, enfoque en la salud laboral y una evaluación constante del rendimiento.
He aquí algunas estrategias clave para abordar este desafío mientras se protege la salud laboral de los trabajadores:
1. Fortalecimiento de la Seguridad Física y de la información:
- Implementar protocolos de seguridad rigurosos en instalaciones físicas, incluyendo controles de acceso, vigilancia y seguimiento electrónico al tráfico de personas, elementos y vehículos dentro y fuera de las instalaciones.
- Fortalecer la ciberseguridad para proteger los sistemas y datos sensibles de posibles ataques informáticos por parte de empresas criminales, de la información y de las comunicaciones en todos los medios disponibles.
- Diseñar e implementar un centro de apoyo, recaudo y control de la información, con el fin de darle tratamiento a los mensajes, las noticias, y demás recursos de apoyo, para elevar el nivel de calidad y confiabilidad de la información, y que sirva de apoyo efectivo interno en los planes de prevención y el autocuidado.
2. Capacitación Especializada en Seguridad, Prevención y Autocuidado:
- Proporcionar capacitación específica en seguridad para colaboradores en roles críticos.
- Educar a los trabajadores sobre la identificación de señales de alerta temprana y procedimientos de respuesta en caso de situaciones de riesgo.
- Diseñar e implementar un sistema de comunicación seguro y confiable para transmitir los códigos de alerta entre los miembros de los equipos de trabajo.
3. Colaboración con Autoridades y Comunidades Locales:
- Establecer alianzas estratégicas con la Fuerza Pública y las autoridades locales de apoyo para compartir información de calidad y coordinar esfuerzos de prevención y seguridad.
- Involucrar a las comunidades locales a través de programas de responsabilidad social corporativa y participación comunitaria para fortalecer la vigilancia y la prevención del crimen.
- Realizar pruebas regulares de calidad de los planes y redes apoyo mediante simulacros de emergencia. Esto ayudará a todos los involucrados a familiarizarse con el proceso de alerta y a identificar cualquier área de mejora en el sistema.
4. Liderazgo y Comunicación Efectiva:
- Capacitar a líderes operativos internos en habilidades de liderazgo y gestión de crisis para tomar decisiones informadas y coordinar acciones en situaciones de emergencia.
- Mantener una comunicación abierta y transparente con los empleados sobre los riesgos potenciales y las medidas de seguridad implementadas para fomentar la confianza y el compromiso.
- Promover u ofrecer sesiones de capacitación en técnicas de autoprotección y defensa personal, dentro de los planes de prevención y autocuidado, con el fin aumentar su capacidad para enfrentar situaciones de agresión y protegerse a sí mismos. Facilitar el uso de dispositivos de seguridad personal, como silbatos de emergencia, aerosoles de defensa personal o aplicaciones de seguridad en los teléfonos móviles. Estos dispositivos pueden ser herramientas útiles para disuadir a los agresores y obtener ayuda oportuna en caso de necesidad.
5. Monitoreo y Evaluación Continuos:
- Implementar sistemas de monitoreo continuo para evaluar la efectividad de las medidas de seguridad y realizar ajustes según sea necesario.
- Realizar evaluaciones periódicas sobre seguridad laboral y salud mental para identificar y abordar posibles riesgos internos para la salud de los trabajadores relacionados con las operaciones industriales, y situaciones de estrés laboral que pudieran facilitar conductas provenientes de factores de riesgo público.
- Establecer un protocolo claro para que los trabajadores en todos los niveles tanto directos como indirectos reporten cualquier incidente por menor que parezca de agresión o comportamiento sospechoso. La información recopilada puede ser utilizada para mejorar las medidas de seguridad y prevenir futuros incidentes.
La preparación para enfrentar los factores de riesgo público que provienen de la globalización de empresas criminales en los sectores de hidrocarburos, minería y energía requiere de un enfoque interdisciplinario que combine medidas de seguridad física, de ciberseguridad, de salud laboral, de gestión gerencial u operacional, de capacitación especializada, incluso de Coaching o Mentoring, de colaboración con autoridades y comunidades locales, de liderazgo efectivo y de monitoreo continuo. Al priorizar la seguridad, la salud laboral y la prevención y autocuidado frente a factores de riesgo público para proteger la salud laboral de los trabajadores, las empresas pueden mitigar los riesgos asociados por la posible presencia de empresas criminales en los ambientes de trabajo y garantizar un entorno laboral seguro y más productivo para todos.