La gestión efectiva del riesgo público en el entorno laboral comienza con la identificación y evaluación minuciosa de los riesgos potenciales. Esto implica examinar las condiciones laborales y los procesos de trabajo para identificar cualquier amenaza que pueda afectar la seguridad y la salud de los trabajadores y del entorno laboral en general. Es importante considerar entonces desde los riesgos en la seguridad física y de las instalaciones, hasta riesgos generados en los stakeholders; por esta razón es crucial abordar cada factor de riesgo público con atención para implementar medidas preventivas eficientes y efectivas.
RIESGO PÚBLICO: Toda acción de carácter intencional que produzca un accidente de trabajo, ocasionada con el fin de provocar daño, dentro y fuera del lugar de trabajo y/o de la jornada laboral, cuyas causas puedan encontrarse en situaciones intralaborales o extralaborales pero relacionadas con su trabajo, y que origine lesiones físicas o psicológicas en los trabajadores, y/o pérdida de vidas.
Uno de los retos y de las tareas en materia de seguridad, salud en el trabajo y en prevención de riesgos individuales de los trabajadores en todos los niveles, es la adecuada interpretación de la relación existente entre las condiciones ambientales del trabajo de todos los involucrados, las condiciones socio-familiares, e individuales de cada trabajador, y su impacto en la salud laboral.
El eje central es la conducta humana.
Un accidente de trabajo producido por factores de riesgo público, puede tener su origen en una conducta intencional por causar daño a algo o a alguien, interna o externa, y las causas pueden encontrarse en situaciones intralaborales, extralaborales y/o relacionadas de manera directa o indirecta con la actividad productiva.
La seguridad personal, la prevención y el autocuidado son entonces, aspectos fundamentales para el bienestar y la productividad en el lugar de trabajo. Al aumentar la sensibilidad y la concientización sobre los riesgos, promover prácticas de autocuidado, recibir información adecuada sobre protocolos de prevención y estar preparados para responder ante situaciones de emergencia, los trabajadores pueden contribuir a crear ambientes más tranquilos, entornos laborales más seguros y jornadas saludables para todos.
Priorizando la Seguridad Personal: Un Compromiso de Prevención y Autocuidado
En un mundo laboral cada vez más dinámico y desafiante, la seguridad personal se convierte en un aspecto primordial para prevenir factores de riesgo público y para el bienestar de los trabajadores. La preocupación del individuo por su propia seguridad, y los conocimientos que debe tener para tomar las mejores decisiones sobre sus propias medidas de prevención al igual que su preparación para reaccionar frente a situaciones de riesgo, en las sociedades productivas de hoy, hacen ya parte del perfil y las competencias para los puestos de trabajo, dependiendo de los ambientes en los que se desarrollen cada una de sus actividades, y de las responsabilidades laborales.
Los trabajadores como expertos individuales en su seguridad personal, y en temas de prevención y autocuidado, se convierten en parte fundamental para promover desde sus entornos y desde los equipos de trabajo que conforman, una cultura de prevención y autocuidado, además de conciencia de riesgos en el lugar de trabajo, aportando desde allí valor a los proyectos de seguridad corporativos. Los aportes parten desde la identificación oportuna de indicios en factores de riesgo público, reportes formales, y prácticas preventivas coordinadas, hasta la adopción de medidas proactivas, dentro de diversas estrategias que los individuos pueden implementar, siguiendo la normativa de la empresa, para salvaguardar su seguridad y bienestar en el entorno laboral.
Concientización, Sensibilización y Evaluación de Riesgos: Identificación Temprana de Peligros
El primer paso hacia la seguridad personal efectiva es la concientización individual de los trabajadores, para a partir de allí generar sensibilización colectiva y lograr una evaluación objetiva de los riesgos, en un plano real y coherente con sus actividades y responsabilidades laborales.
Es crucial que los trabajadores comprendan los posibles peligros generados por factores de riesgo público, asociados con sus tareas y entornos laborales específicos. Esto implica aumentar la capacidad de observación individual y colectiva para identificar y evaluar los riesgos potenciales, desde condiciones ambientales y de trabajo comprometidas con factores de riesgo público hasta prácticas y/o hábitos de trabajo inseguros, y tomar medidas preventivas para mitigarlos. Los trabajadores deben ser sensibilizados y motivados para informar de manera formal cualquier preocupación sobre seguridad a sus supervisores, a los líderes de seguridad o al departamento de recursos humanos.
Prácticas de Prevención y Autocuidado: Promoviendo el Bienestar Individual y colectivo
La prevención y el autocuidado es una parte esencial de la seguridad personal. Los trabajadores deben priorizar su preparación física, mental y emocional de prevención, y tener las competencias para poder desempeñarse de manera óptima en el trabajo, pudiendo enfrentar de forma eficiente situaciones provenientes de factores de riesgo público al menor costo. Esto incluye mantener buenos hábitos individuales, familiares, sociales y de trabajo, relaciones equilibradas sin generar resentimientos, un buen estado físico, ejercicio regular y suficiente descanso, así como practicar técnicas de manejo del estrés y buscar apoyo cuando sea necesario. Al promover prácticas de prevención y autocuidado, los individuos pueden fortalecer su resiliencia y capacidad para hacer frente a los desafíos laborales, en ambientes hostiles.
Formación en Primeros Auxilios y Respuesta ante Emergencias: Preparación para lo Inesperado
La formación en primeros auxilios y la capacidad para responder efectivamente ante emergencias son habilidades vitales en cualquier entorno laboral, que se encuentre expuesto a factores de riesgo público. Los trabajadores deben recibir capacitación adecuada en técnicas de primeros auxilios, RCP y manejo de situaciones de crisis. Además, es importante que se establezcan protocolos de respuesta ante emergencias y que todos los empleados estén familiarizados con ellos. La preparación adecuada puede marcar la diferencia en la capacidad de salvar vidas y minimizar el impacto de situaciones adversas.
Las Vulnerabilidades Humanas: Como factores de riesgo público
Una de las vulnerabilidades más significativas en cualquier ambiente laboral son las debilidades humanas. Esto incluye la falta de conciencia sobre la seguridad personal y de su inmediato entorno laboral por parte de los empleados, la apatía frente a las políticas y procedimientos de seguridad, y la falta de capacitación en reconocimiento de amenazas potenciales. Los agresores pueden aprovechar estas vulnerabilidades mediante tácticas de manipulación psicológica o engaño para lograr accesos no autorizados a instalaciones, llegar rápido a víctimas selectivas, o lograr obtener información confidencial. La falta de vigilancia profesional y del seguimiento de comportamientos inusuales también pueden facilitar la actividad delictiva en el lugar de trabajo.
En la dinámica de la agresión delincuencial, las vulnerabilidades humanas desempeñan un papel crucial en la selección de las víctimas. Los delincuentes a menudo buscan identificar y explotar las debilidades de las personas para perpetrar sus actos. Estas vulnerabilidades pueden manifestarse de diversas formas, como la falta de conciencia sobre el entorno, la confianza excesiva en extraños o la falta de habilidades de autoprotección.
Las víctimas que exhiben estas vulnerabilidades pueden ser percibidas como blancos más fáciles por parte de los delincuentes, aumentando el riesgo de ser seleccionadas para actos de agresión. La falta de conocimiento sobre medidas de seguridad básicas, bajos estados de alerta, la desatención en cuanto a la prevención de riesgos y la confianza en desconocidos pueden dejar a las personas más expuestas a situaciones peligrosas.
Es fundamental que las personas reconozcan las motivaciones de su eventual agresor, identifiquen las oportunidades que generan en el día a día laboral y aborden sus propias vulnerabilidades frente a los factores de riesgo público para reducir el peligro de convertirse en víctimas de agresión delincuencial.
Esto incluye la adopción nuevos hábitos individuales, familiares, sociales y laborales rompiendo rutinas, de prácticas de autoprotección, la concientización sobre los riesgos del entorno y la implementación de medidas de seguridad personal, a partir de la prevención y el autocuidado. Al fortalecer estas áreas, las personas pueden disminuir las motivaciones, las oportunidades y sus propias vulnerabilidades, para aumentar su capacidad para protegerse a sí mismas frente a posibles amenazas provenientes de factores de riesgo público.
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