Como Gerente, líder de seguridad, de una unidad operativa o de HSE en la empresa, es crucial promover la preparación individual de los trabajadores para reaccionar de manera efectiva frente a situaciones provenientes de factores de riesgo público o de agresión criminal.
La seguridad es un estado mental. El individuo debe aprender a tomar sus propias decisiones para actuar de manera preventiva o para prepararse y enfrentar situaciones de riesgo, de acuerdo a las condiciones ambientales, a la contaminación delincuencial y a la hostilidad de los entornos en donde desarrolle sus actividades.
Las competencias mentales para la toma de decisiones individuales adecuadas dependen de la calidad de sus pensamientos, de la calidad de la información y de la calidad de las fuentes de información de que se disponga. El escenario mas frecuente desde donde proviene la información es el de noticias falsas en redes sociales, noticias manipuladas en medios de comunicación, mitos, rumores, paradigmas, especulaciones, comentarios sesgados etc. Las organizaciones delincuenciales en sus áreas de dominio usan como estrategia manipular la información con el fin de generar influencia y obtener a través del miedo, que las comunidades se comporten de uno u otra forma para facilitar sus propósitos.
Los trabajadores dependiendo del ambiente en donde desarrollen sus actividades y autoevaluando la hostilidad de sus entornos, deben considerar que los factores de riesgo público pueden ser riesgos naturales de su trabajo y que puede haber situaciones de emergencia o de crisis a las que se está expuesto por su actividad laboral, por su responsabilidad o por el perfil de su cargo, y que debe mejorar sus propias competencias y estar preparado para prevenirlos, enfrentarlos o afrontarlos de la mejor manera posible, y al menor costo, dando prioridad al cuidado de su salud laboral, y la de su equipo de trabajo.
He aquí 10 ideas para que los empleados se preparen y sepan cómo responder en caso de enfrentarse a una situación de este tipo:
1. Conocimiento del Entorno: Es importante fomentar la conciencia situacional entre los trabajadores en todos los niveles. Animarlos a familiarizarse con su entorno laboral y a estar alerta frente a cualquier actividad sospechosa, puede ayudarles a detectar posibles amenazas.
Pero… ¿cómo fomentar la conciencia situacional?
Realizando entrenamientos en observación activa a través de sencillos juegos de análisis de riesgos, enseñándoles a prestar atención a los pequeños detalles de su entorno, que incluya, además, aprender a identificar comportamientos inusuales, personas desconocidas o situaciones potencialmente peligrosas, mejorando su estado de alerta como parte natural de sus actividades y sin caer en la paranoia.
Organizar sesiones periódicas de sensibilización en seguridad en donde se discutan situaciones comunes de riesgo en el lugar de trabajo y se enfatice sobre la importancia por mantener un estado de alerta prudente, razonable y responsable, pero además, para aprender a ser conscientes de los peligros potenciales, manteniendo la coherencia con la realidad de la empresa, el ambiente laboral, la potencial hostilidad de sus entornos, las costumbres de los equipos de trabajo, la cultura corporativa y los hábitos tanto individuales como de trabajo.
Realizar simulacros de emergencia regulares que incluyan escenarios realistas en donde se requiera una respuesta rápida y una evaluación precisa de la situación. Estos ejercicios ayudarán a los colaboradores a auto evaluarse, auto conocerse y practicar sobre su propia capacidad de reacción frente a situaciones de crisis, y a mejorar los planes de emergencia corporativos.
Es importante promover una cultura de comunicación abierta y transparente donde los colaboradores se sientan cómodos compartiendo cualquier preocupación u observación sobre su seguridad en el lugar de trabajo. Establecer canales de comunicación efectivos para informar sobre situaciones de riesgo o comportamientos sospechosos, es mas importante aún.
Diseñar planes para reconocer y recompensar a los empleados que demuestren una excelente conciencia situacional y tomen medidas proactivas para mantener la seguridad en el lugar de trabajo, puede ser una buena estrategia de mejoramiento en la gestión. Esto puede incluir elogios públicos, incentivos o premios simbólicos que valoren su compromiso con la seguridad, el programa de prevención y tratamiento del riesgo público y el bienestar de todos los colaboradores en todos los niveles en la empresa.
2. Planificación de Rutas de Escape: Sensibilizar a los colaboradores para que voluntariamente mantengan niveles de atención prudentes, razonables y responsables e identifiquen rutas de escape en caso de emergencia, es importante, pero para lograrlo se debe contar con señalización de calidad y confiable, y además, capacitación oportuna y de calidad con ejercicios de evacuación permanentes. Conocer las salidas de emergencia y los puntos de reunión designados puede ser crucial para evacuar de manera segura en situaciones provenientes de factores de riesgo público y de agresión criminal.
3. Establecimiento de Códigos de Alerta: Diseñar e implementar un sistema de códigos de alerta para comunicar situaciones de emergencia de manera rápida y discreta entre los miembros de los equipos de trabajo, y/o los colaboradores bajo el mismo techo en general, es tarea del líder de HSE o de seguridad física, pero también responsabilidad de la Gestión gerencial de RRHH, pensando en el bienestar de sus gobernados. Esto puede incluir señales visuales o palabras clave predefinidas para solicitar ayuda sin alertar a los agresores.
Pero… ¿Cómo implementar un sistema de códigos de alerta efectivo para comunicar situaciones de emergencia de manera rápida y discreta entre los trabajadores?
Establecer un protocolo claro y fácil de entender que incluya una lista de códigos de alerta predefinidos y su significado correspondiente, es una buena alternativa. Es usual, por ejemplo, usar códigos de alerta por colores en donde el rojo podría indicar una situación de agresión en curso, mientras que un código de alerta amarilla podría señalar una situación sospechosa que requiere de la intervención del dispositivo vigilancia. Es importante la coherencia, la realidad, la creatividad, la originalidad, la simplicidad y la facilidad para memorizar este tipo de códigos, a la hora de diseñarlos, que definitivamente deben estar asociados con elementos internos de la empresa y/o de los puestos de trabajo, y que no deberían ser del lenguaje común que todos conocemos, para darle cierto nivel de confidencialidad.
Desarrollar por ejemplo, recursos visuales claros y accesibles que muestren los códigos de alerta y su significado correspondiente, puede ser una buena idea. Aprovechar la tecnología de comunicación existente en la empresa, como la intranet, correos electrónicos, mensajes de texto o grupos de chat en aplicaciones de mensajería instantánea, para difundir información sobre los códigos de alerta y proporcionar actualizaciones periódicas sobre el protocolo de emergencia, puede ser otra muy buena idea. Esta opción es económica y fácil de implementar.
Pero además es muy importante, proporcionar capacitación regular a todos los trabajadores sobre el uso del sistema de códigos de alerta definidos, utilizar un sistema de comunicación seguro y confiable para transmitir los códigos de alerta entre los colaboradores segmentando los grupos de acuerdo a los análisis de riesgos y los planes de emergencia, realizar pruebas regulares del sistema de códigos de alerta mediante simulacros de emergencia para familiarizarse además con los procesos de alerta, revisar y actualizar periódicamente el sistema de códigos de alerta para asegurarse de que siga siendo relevante y efectivo frente a las nuevas amenazas y situaciones de emergencia, y, solicitar retroalimentación de los trabajadores en todos los niveles para realizar ajustes según sea necesario para mejorar la eficacia del sistema.
4. Práctica de Simulacros: Organizar simulacros de seguridad regularmente para que los empleados practiquen cómo reaccionar ante diferentes escenarios de agresión criminal, es una buena idea. La práctica aumenta la familiaridad y la confianza en las acciones a seguir en situaciones de crisis.
Los simulacros de emergencia ofrecen a los trabajadores en todos los niveles, una oportunidad interesante para practicar y familiarizarse con los procedimientos de seguridad y en la toma de decisiones para el manejo de crisis en un entorno controlado. Esto les permite desarrollar confianza, mejorar la capacidad de respuesta y adquirir habilidades prácticas para reaccionar efectivamente frente a situaciones provenientes de factores de riesgo público y de agresión criminal, reduciendo así el tiempo de reacción y aumentando las posibilidades de una respuesta segura y coordinada en caso de emergencia real.
5. Capacitación en Prevención y Autocuidado: Ofrecer sesiones de capacitación en técnicas de autoprotección y defensa personal, es una buena idea. Proporcionar a los empleados habilidades básicas de autodefensa puede aumentar su capacidad para enfrentar situaciones de agresión y protegerse a sí mismos.
La sensibilización y la capacitación pertinente en prevención y autocuidado son fundamentales para empoderar a los colaboradores en la identificación temprana de factores de riesgo público y de riesgos de agresión criminal, pero además, en la adopción de medidas preventivas adecuadas. Al aumentar la conciencia sobre los posibles peligros y proporcionarles las habilidades necesarias para protegerse a sí mismos y a otros, los empleados pueden tomar decisiones informadas y actuar de manera proactiva para reducir la vulnerabilidad frente a situaciones de riesgo, promoviendo así un entorno laboral más seguro y preparado para enfrentar posibles amenazas.
6. Uso de Dispositivos de Seguridad: Promover por iniciativa propia el uso de dispositivos de seguridad personal, como silbatos de emergencia, linternas de señales, aerosoles de defensa personal o aplicaciones de seguridad en los teléfonos móviles, es una buena idea. Estos dispositivos pueden ser herramientas útiles para disuadir a los agresores y buscar ayuda en caso de necesidad.
7. Comunicación Efectiva: Enfatizar en la importancia de la comunicación efectiva durante situaciones de crisis, y los canales adecuados, es muy importante. Los trabajadores deben saber cómo informar sobre una situación de emergencia de manera clara y concisa, proporcionando detalles importantes para ayudar a los equipos de seguridad a responder adecuadamente, pero mas importante aún es tener claro quién debe recibir la información y que hacer con ella, con el fin de reducir tiempos de reacción y evitar la desinformación y/o la improvisación como consecuencia de los falsos rumores.
8. Colaboración y Apoyo Mutuo: Fomentar un ambiente de trabajo donde los empleados se apoyen mutuamente en situaciones de emergencia, es una buena idea. Alentar la colaboración y el cuidado entre colegas puede fortalecer la capacidad de respuesta del equipo y aumentar la seguridad de todos.
Fomentar un ambiente de trabajo donde los trabajadores en todos los niveles se apoyen mutuamente en situaciones de emergencia promueve la solidaridad y la colaboración, lo cual es esencial para enfrentar los factores de riesgo público y los riesgos de agresión criminal de manera efectiva. Cuando los colegas están capacitados y comprometidos a cuidar unos de otros, se crea una red de apoyo que aumenta la capacidad de respuesta frente a amenazas, reduciendo el pánico y mejorando la coordinación de acciones para salvaguardar la seguridad colectiva, de los equipos de trabajo y de todos. Este ambiente de confianza y colaboración no solo fortalece el tejido social dentro de la empresa, sino que también contribuye a un entorno laboral más seguro y resiliente.
9. Mantenimiento de la Calma: Enseñar a los empleados técnicas para mantener la calma y controlar el miedo en situaciones de agresión, es necesario. La tranquilidad y la serenidad son fundamentales para tomar decisiones claras y racionales en momentos de crisis.
La capacitación en gestión del estrés y control emocional les proporciona herramientas prácticas para manejar situaciones difíciles con serenidad y claridad mental. Al mantener la calma, los empleados pueden tomar decisiones más racionales y efectivas, facilitando la coordinación de acciones y la comunicación durante la atención de una crisis proveniente de factores de riesgo público. Además, cuando un colaborador dentro de un equipo de trabajo mantiene la calma, actúa como un modelo a seguir para sus colegas, inspirando confianza y tranquilidad en el equipo. Esto fomenta un ambiente donde los trabajadores se apoyan mutuamente en el manejo adecuado de situaciones de emergencia, trabajando en conjunto para garantizar la seguridad de todos. En el contexto específico de riesgos de agresión criminal, la calma y la compostura son aún más decisivos. Los empleados capacitados en mantener la calma pueden reaccionar de manera segura y estratégica frente a amenazas, evitando el pánico y tomando medidas prudentes para protegerse a sí mismos y a sus compañeros.
10. Reporte de Incidentes: Establecer sistemas y un protocolo claro para que los empleados reporten cualquier incidente de agresión o comportamiento sospechoso, es la mejor idea. La información recopilada puede ser utilizada para mejorar las medidas de seguridad y prevenir futuros incidentes.
En conclusión, la preparación individual de los trabajadores para reaccionar ante situaciones de agresión criminal es esencial para garantizar la seguridad en el lugar de trabajo. Al implementar estas 10 ideas y proporcionar capacitación continua en seguridad, podemos mejorar la resiliencia de nuestra fuerza laboral y proteger a nuestros trabajadores en todo momento, frente a los factores de riesgo público.
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