Una amenaza personal es un fenómeno o un proceso de origen natural o causado por el individuo en sí mismo, que puede poner en peligro su propia integridad y/o la de un grupo de personas en su entorno laboral, su trabajo, sus expectativas y su ambiente, cuando no se consideran las medidas de prevención, se cometen imprudencias, o se exceden los límites de las normas.
El inventario de riesgos consiste en analizar de manera íntima y si se quiere privada, sus propias conductas e identificar aquellas consideradas críticas, con el objeto de auto descubrir aquellos comportamientos que tienen un potencial riesgo de producir situaciones de agresión, accidentes de trabajo, enfermedades profesionales y/o pérdidas. Este procedimiento permite tomar decisiones oportunas para mejorar hábitos individuales, e implementar medidas de prevención con el fin de evitar peligros potenciales o reducir su impacto, incubando una cultura seguridad.
Prevenir significa actuar con anticipación para evitar que algo ocurra. En este caso son Medidas Preventivas todas aquellas que sirvan para proteger eficazmente la vida la integridad y la salud propias y de su entorno laboral, familiar y social.
Prevenir de manera integral es tener suficiente capacidad de observación como para anticipar a tiempo un riesgo (ANTES), pero también significa calcular y estar preparado para enfrentarlo al menor costo posible (DURANTE), y aprovechar la experiencia y su enseñanza para generar influencia preventiva (DESPUÉS).
Se entiende como medidas de mitigación la implementación o aplicación de cualquier acción tendiente a reducir el impacto adverso que pueda presentarse a la hora de tener que enfrentar un riesgo en una actividad personal o durante un proceso productivo en medio del día a día laboral, aprovechando los recursos disponibles y las oportunidades existentes.
Todos los integrantes de una organización son responsables de garantizar su propia seguridad y la de quienes les rodean, y cada quien es garante de gestionar sus propias medidas de prevención aplicables tanto a su vida personal como en el trabajo.
Una amenaza familiar es un fenómeno o un proceso de origen natural o causado por uno o varios miembros de la familia en sí mismos, que pueden poner en peligro su propia integridad y la del grupo familiar, su entorno laboral, el trabajo de algunos de sus miembros, sus expectativas y su ambiente, cuando no se consideran las medidas de prevención, se cometen imprudencias, o se exceden los límites de las normas.
El inventario de riesgos consiste en analizar de manera íntima y si se quiere privada dentro del grupo familiar, las conductas individuales de cada uno de sus miembros, e identificar aquellas consideradas críticas, con el objeto de descubrir aquellos comportamientos que tienen un potencial riesgo de agresión a uno o varios miembros del grupo familiar, y que puedan producir además accidentes del trabajo, enfermedades profesionales y/o pérdidas.
Prevenir significa actuar con anticipación para evitar que algo ocurra. En este caso son Medidas Preventivas todas aquellas que sirvan para proteger eficazmente la vida de los miembros del grupo familiar, la integridad y la salud propias, y de su entorno laboral.
Prevenir de manera integral es anticipar a tiempo un riesgo (ANTES), pero también significa calcular y estar preparado para enfrentarlo al menor costo posible (DURANTE), y aprovechar la experiencia y su enseñanza (DESPUÉS).
Se entiende como medidas de mitigación la implementación o aplicación de cualquier acción tendiente a reducir el impacto adverso que pueda presentarse a la hora de tener que enfrentar un riesgo o durante un proceso productivo en medio del día a día familiar, aprovechando los recursos disponibles y las oportunidades existentes.
Todos los integrantes de una familia son responsables de garantizar su propia seguridad y la de quienes les rodean, y cada quien es responsable de gestionar sus propias medidas de prevención aplicables tanto a su vida personal, a las expectativas de la familia y en el trabajo de cada uno de sus miembros.
Una amenaza individual es un fenómeno o un proceso de origen natural o causado por el individuo en sí mismo, que puede poner en peligro su propia integridad y la de un grupo de personas en su entorno laboral, su trabajo, sus expectativas y su ambiente, cuando no se tienen en cuenta las medidas de prevención en los hábitos sociales e individuales, se cometen excesos e imprudencias, o se sobrepasan los límites de las normas.
El inventario de riesgos consiste en analizar de manera íntima y si se quiere privada, sus propias conductas y hábitos sociales e identificar aquellas consideradas críticas, con el objeto de descubrir aquellos comportamientos que tienen un potencial riesgo que signifique ser víctima en situaciones de agresión, accidentes del trabajo, enfermedades profesionales y/o pérdidas.
Prevenir significa actuar con anticipación para evitar que algo ocurra. En este caso son Medidas Preventivas todas aquellas que sirvan para proteger eficazmente la vida la integridad y la salud propias, y de su vida social y su entorno laboral.
Prevenir de manera integral es anticipar a tiempo un riesgo (ANTES), pero también significa calcular y estar preparado para enfrentarlo al menor costo posible (DURANTE), y aprovechar la experiencia y su enseñanza (DESPUÉS).
Se entiende como medidas de mitigación la implementación o aplicación de cualquier acción tendiente a reducir el impacto adverso que pueda presentarse a la hora de tener que enfrentar un riesgo o durante el día a día laboral o social, aprovechando los recursos disponibles y las oportunidades existentes.
Todos los integrantes de una organización son responsables de garantizar su propia seguridad y la de quienes les rodean, y cada quien es responsable de gestionar sus propias medidas de prevención aplicables tanto a su vida personal como en el trabajo.
Etimológicamente rutina se refiere a una ‘ruta muy frecuentada’, pero que hoy también hace referencia a un ‘hábito adquirido’ para hacer las cosas por mera práctica y de manera más o menos automática; o a una ‘costumbre de hacer las cosas sin necesidad de pensar en ellas. Nos da luz sobre las desventajas de la rutina (adormece la consciencia, reduce la observación, la iniciativa, la originalidad, el atrevimiento y permite la sorpresa generando espacio a la improvisación con la frecuente pérdida del control sobre acciones y reacciones adecuadas), pero también sobre sus beneficios (encauza los esfuerzos, allana las dificultades, amortigua las debilidades).
La rutina es el principal enemigo de la seguridad, siendo esta la verdadera amenaza: cuando la persona en riesgo es predecible, es decir, se comporta siempre de la misma manera, el agente agresor puede definir fácilmente en que día, hora y lugar atacará. La información es vital, la potencial víctima la necesita para prevenir el riesgo, al mismo tiempo que el agresor la requiere para lograr una acción exitosa.
El manejo de la información: La seguridad de la información es el conjunto de medidas preventivas y acciones de las personas que permiten resguardar y proteger su información personal y familiar, buscando mantener la confidencialidad, la privacidad, pero también la disponibilidad e integridad de sus datos. Para el ser humano como individuo, la seguridad de la información tiene un efecto significativo respecto a su privacidad, la que puede cobrar distintas dimensiones dependiendo de la cultura e idiosincrasia de la sociedad donde se desenvuelve.
Personas predecibles: El predecible generalmente es una persona superficial y distraída, poco observador, con bajos niveles de alerta y atención, como consecuencia de un gran volumen de malos hábitos y rutinas que conforman su día a día. La acción de la predicción se desarrolla gracias a un análisis de conductas, un estudio y seguimiento de rutinas, una evaluación de los hábitos, una deducción de intenciones, una acción de persuasión, una conjetura acertada o por algún tipo de revelación en medio de los descuidos en el manejo de la información de la futura víctima.
Noticias falsas: Se trata de historias o anuncios sensacionalistas, compartidos usualmente por redes sociales para involucrar emocionalmente a los lectores, generar atención y llevar a sus creadores a obtener rentabilidad por clics y viralización. También tienen como propósito desprestigiar a personajes públicos u organizaciones; o convencer a las personas para que descarguen archivos adjuntos o den clic en links que descargan o instalan virus informáticos para robar información financiera, datos personales, usuarios y contraseñas.
Los hábitos como facilitadores del factor sorpresa: Según los científicos, los hábitos surgen porque el cerebro siempre busca el modo de ahorrar energía, por lo que su tendencia natural es convertir casi cualquier situación ya vivida en una rutina. El problema es que el cerebro no diferencia entre los buenos y los malos hábitos.
El hábito hace disminuir la atención en la vida cotidiana: La gente camina o conduce todo el camino mientras piensa en otras cosas: ni siquiera se da cuenta de lo que sucede en su alrededor. La mayoría de las veces ni siquiera puede recordar el trayecto que recorrió ni los cambios, sin poder identificar a tiempo un estudio o un seguimiento.
Personas con hábitos peligrosos: (fumar en lugares peligrosos por ejemplo) la fuerza del hábito nos hace subestimar un riesgo de seguridad existente, descuidando especialmente las actividades de riesgos bajos.
El hábito también reduce la conciencia del riesgo: Una costumbre puede conducir a una decisión fatal por un motivo menor. Junto con el hábito se tiende a correr mayores riesgos, no percibir o ignorar riesgos menores, o a desafiar normas de prevención y seguridad.
El estado de autocomplacencia puede llevar a un error que puede tener consecuencias graves e incluso fatales. De esta manera, un riesgo bajo aumenta significativamente.
El exceso de confianza es uno de los principales factores de riesgo: en el mundo moderno y cada vez más competitivo, donde prima la inmediatez, muchas veces no hay tiempo de pensar en la forma correcta y segura para hacer las cosas. Aparentes habilidades derivadas del empoderamiento, la aventura, la audacia, el coraje y otras herramientas de moda y que exige la competitividad productiva mal interpretada, arrojan a la gente a navegar en un mar de riesgos menores o mayores, que solo pueden ser realmente evaluados a la hora de tener que enfrentar los peligros producto de una imprudencia, o en el momento de atender una situación fatal.
El inventario de riesgos consiste en analizar de manera íntima y si se quiere privada, sus propias conductas e identificar aquellas consideradas críticas, con el objeto de descubrir aquellos comportamientos que tienen un potencial riesgo de producir situaciones de agresión, accidentes del trabajo, enfermedades profesionales y/o pérdidas.
Prevenir significa actuar con anticipación para evitar que algo ocurra. En este caso es necesario aumentar la capacidad de observación del individuo, y tomar Medidas Preventivas y proactivas todas aquellas que sirvan para proteger eficazmente la vida la integridad y la salud propias, y de su entorno laboral.
Prevenir de manera integral es anticipar a tiempo un riesgo (ANTES), pero también significa calcular y estar preparado para enfrentarlo al menor costo posible (DURANTE), y aprovechar la experiencia y su enseñanza (DESPUÉS).
Se entiende como medidas de mitigación la implementación o aplicación de cualquier acción tendiente a reducir el impacto adverso que pueda presentarse a la hora de tener que enfrentar un riesgo o durante un proceso productivo en medio del día a día laboral, aprovechando los recursos disponibles y las oportunidades existentes.
Todos los integrantes de una organización son responsables de garantizar su propia seguridad y la de quienes les rodean, y cada quien es responsable de gestionar sus propias medidas de prevención aplicables tanto a su vida personal como en el trabajo.
Para reducir los factores de riesgo es necesario llevar a cabo la autoevaluación, que requiere de un proceso de introspección en el que el individuo, su entorno o la organización identifican en el manejo de su propia sensibilidad, los hábitos, las costumbres y las conductas que les generan distractores o que hacen parte de sus debilidades emocionales que pudieran ser aprovechadas o manipuladas por terceros con intereses perniciosos.
Todas las cosas, objetos, personas y situaciones sufren de vulnerabilidad frente a algo. Dependiendo de la naturaleza de la debilidad, se definen tipos de vulnerabilidad, y solo de esta manera, se pueden buscar mejoras específicas para cada carencia. Para la prevención y tratamiento del Riesgo Público debemos considerar mínimo algunos tipos de
vulnerabilidad mas frecuentes como: vulnerabilidades sociales, vulnerabilidades emocionales, vulnerabilidades económicas, vulnerabilidades laborales, vulnerabilidades afectivas, vulnerabilidades físicas, vulnerabilidades ambientales, vulnerabilidades competitivas, etc.
El análisis de riesgos, es un proceso que integra los principios y prácticas de salud laboral, protección y seguridad aceptadas en un proceso productivo, una actividad en particular o un trabajo específico. Se trata de un procedimiento documentado que consiste en identificar los posibles peligros y evaluar los riesgos potenciales antes y durante la ejecución de una tarea, un plan o un proyecto.
El fin de esta práctica es el de establecer medidas para prevenir, tratar a tiempo, controlar y/o minimizar consecuencias negativas, tales como incidentes, accidentes, enfermedades ocupacionales, situaciones de agresión, daños al ambiente, instalaciones, equipos o comunidades.
Lo que más conviene es cambiar aquellos hábitos que alimentan los riesgos o incrementan las vulnerabilidades, pero todos sabemos que los hábitos no se cambian de la noche a la mañana, se hace necesario cambiar algunas conexiones en su cerebro para modificar sus propios hábitos, sin embargo, el ser humano necesita un enfoque más sutil que unos cuantos premios y palabras de recompensa para cambiar de costumbres.
Identifique los factores desencadenantes: Los hábitos dependen de algo que los activa, y esos factores desencadenantes pueden ser cualquier cosa. La omisión de acciones preventivas, el desinterés por las normas de seguridad, el desconocimiento de antecedentes, la actitud audaz por ignorar peligros, la curiosidad por la aventura, y otras muchas conductas que pueden ser o hacer parte de esos factores desencadenantes.
Interrumpa esos procesos automáticos: Una vez que sepa cuáles son sus factores desencadenantes, puede poner un alto a los hábitos que desea eliminar. Lo mas coherente es no esperar a que una situación fatal o de inminente riesgo o un simple susto, sea el elemento que altere de manera traumática ese proceso automático.
Reemplace el hábito por otro: Los estudios demuestran que sustituir un mal comportamiento por uno bueno es más eficaz que solo detener el mal comportamiento. La adopción de nuevos buenos hábitos para interferir los antiguos malos hábitos identificados en un proceso de autoevaluación, le impiden al cerebro entrar en piloto automático, pero esta no es una tarea fácil, dado que se requiere de altos niveles de atención, voluntad, información adecuada, observación y disciplina.
No complique las cosas: Por lo general, los hábitos son difíciles de cambiar porque se trata de comportamientos que se han vuelto sencillos y automáticos. Es conveniente simplificar los nuevos comportamientos para que sea más sencillo integrarlos en las rutinas del piloto automático.
Piense a largo plazo: A menudo, los hábitos se forman porque satisfacen los impulsos a corto plazo, por lo que ignorar una medida de seguridad o desconocer un procedimiento puede simplificar las cosas a la hora de mostrar resultados prácticos y productivos. Sin embargo, los deseos a corto plazo suelen tener consecuencias a largo plazo, como una incapacidad temporal o permanente, una situación fatal, pérdida de imagen, pérdida de bienes, etc. Cuando intente cambiar hábitos, tenga siempre en mente los beneficios a largo plazo para recordarse por qué está haciendo el esfuerzo.
Persevere: Los estudios han demostrado que lo que se ha hecho antes, bien o mal hecho, es una señal clara de su resultado y de lo que se va a hacer a continuación. Esto significa que los malos hábitos consolidados son difíciles de romper. Pero la buena noticia es que, si se mantiene firme, sus nuevos comportamientos también se convertirán en buenos hábitos aún más sólidos.
En términos del manejo y seguridad de la información una vulnerabilidad es una debilidad o fallo en un sistema de información que pone en riesgo la seguridad de la información pudiendo permitir que un atacante pueda comprometer la integridad, disponibilidad o confidencialidad de la misma, por lo que es necesario encontrarlas y eliminarlas lo antes posible. Por su parte, una amenaza es toda acción que aprovecha una vulnerabilidad para atentar contra la seguridad de un sistema de información.
El problema es que, en el mundo real, si existe una vulnerabilidad, siempre existirá alguien en su casería para intentar aprovecharla y explotarla, es decir, que luego de ser identificada por la persona equivocada se inicia un proceso de acumulación de riesgos, con objetivos que serán negativamente sorpresivos, si no se identifican oportunamente.
La prevención de riesgos laborales tiene por objeto promover la mejora de la seguridad y salud de los trabajadores mediante la aplicación de medidas adecuadas y los procedimientos necesarios. De igual forma, la prevención de riesgos individuales y en cualquier tipo de organización constituida por seres humanos, tendrá un objetivo similar que al final le apunta a la conservación de la vida, la integridad física y la salud.
El autoanálisis es un ejercicio de introspección, autoevaluación y autovaloración que le permite al individuo descubrir sus vulnerabilidades, lograr un conocimiento más preciso de sí mismo, de sus malos hábitos, pero también de sus conocimientos, la información más sensible, sus capacidades, habilidades, destrezas, fortalezas y debilidades.
La finalidad del ejercicio es identificar los factores de riesgo para mejorar su capacidad de observación preventiva, con el fin adicional de anticiparse y descubrir a tiempo estudios con intereses de agresión que pudieran estar en curso, y elevar el estado de alerta para prevenir incidentes o accidentes que pudieran ocurrir, considerando la dinámica de las amenazas.
Tres pasos para el ejercicio de autoanálisis:
El primer paso: consiste en hacer una autoevaluación de algunas de las actitudes, aptitudes, conductas y hábitos más comunes y determinantes para identificar los riesgos.
El segundo paso: del ejercicio consiste en contextualizarlas previamente en sus experiencias laborales, familiares y sociales anteriores y actuales, poniendo especial cuidado en antecedentes que pudieran estar relacionados con riesgos.
El tercer paso: consiste en identificar sus fortalezas y sus debilidades, para prevenir, enfrentar o reaccionar en una situación de riesgo.
Es importante que antes de continuar con el proceso de autoanálisis que se tenga claro cuales son los tipos de riesgo a los que se puede enfrentar el individuo dentro de su entorno familiar, laboral o social, de acuerdo a sus roles, conductas, hábitos, entornos y ambientes.
Habilidad: Capacidad de una persona para hacer una cosa correctamente y con facilidad.
Capacidad: Circunstancia o conjunto de condiciones, cualidades o aptitudes, especialmente intelectuales, que permiten el desarrollo de acciones seguras.
Prepararse para prevenir factores de riesgo o para actuar correctamente en caso de tener que enfrentar o reaccionar a una situación de peligro, requiere de capacidades y habilidades individuales especiales, en medio de una sociedad con dinámicas de la amenaza muy fluctuantes y de condiciones ambientales inestables. Estas habilidades y capacidades tanto del individuo como de los grupos familiares y organizaciones empresariales, deben ser evaluadas para luego adaptarlas de manera permanente a los cambios frecuentes de las condiciones, con el fin de reducir las vulnerabilidades y estar siempre preparados para identificar a tiempo los riesgos y/o atender una situación peligro al menor costo.
En un escenario en el que el individuo debe reaccionar a condiciones ambientales que no conoce, en su trabajo o en sus actividades diarias, y que además no sabe si tiene las habilidades y/o las capacidades para enfrentar situaciones de riesgo, sino que simplemente reacciona improvisando. En este escenario surgen potenciales vulnerabilidades que conllevan riesgos y peligros tanto para el individuo como para su entorno familiar, laboral y social, y que solo son evidentes después de enfrentar una situación de crisis.
La invitación es a estar desarrollando de manera continua ejercicios de autoevaluación y autoanálisis para descubrir vulnerabilidades y repensar la manera para mejorar habilidades y capacidades con enfrentar situaciones de riesgo de forma segura, reduciendo la improvisación en la reacción.
¿Tiene usted su propio plan de emergencia? ¿Que hace por su autoprotección?
Autoprotección es el sistema de acciones y medidas encaminadas a prevenir y controlar los riesgos sobre las personas en sí mismas, para dar respuesta adecuada a las posibles situaciones de emergencia y a garantizar la integración de estas actuaciones con un sistema familiar, laboral, público o colectivo de protección. El plan de autoprotección establece unos criterios básicos de actuación individual, para una rápida y ordenada actuación, en función del tipo de emergencia. El plan de emergencias responderá, pues, a las preguntas ¿qué se hará?, ¿cuándo se hará? ¿cómo y dónde se hará? y ¿quién lo hará? Debe contemplar actuaciones o consignas dirigidas a prevenir potenciales situaciones de peligro.
PROCEDIMIENTOS DE ACTUACIÓN ANTE LAS EMERGENCIAS
Las distintas emergencias requerirán del trabajo individual y la intervención de personas y medios para garantizar en todo momento:
La detección y alerta: Para mantener la alerta se requiere mantener hábitos de observación proactiva permanente, y para esto se hace necesario realizar auto entrenamientos.
La alarma: Manteniendo el control de la información en los entornos y ambientes por donde el individuo desarrolla sus actividades, cualquier cambio repentino generará alarma, para desarrollar esta habilidad es necesario realizar auto entrenamientos.
La intervención: La capacidad de reacción del individuo para superar exitosamente una situación de riesgo en su entorno laboral, familiar o social, requiere de autoevaluación, autoanálisis y auto entrenamientos.
Recepción de las Ayudas externas: La preparación para enfrentar situaciones individuales de riesgo implica e incluye la coordinación e información con personas, entidades y/o organizaciones de apoyo externo.
En la preparación para actuar y luego de haber realizado el ejercicio de autoevaluación, autoanálisis, y auto entrenamiento, surgirán siempre necesidades de mejoramiento para reducir las vulnerabilidades tanto en el manejo individual de las actividades cotidianas o laborales, familiares y sociales, como de las habilidades y capacidades necesarias para enfrentar y superar una situación de riesgo o de peligro al menor costo posible.